Se conmemora este año el cincuenta a aniversario de la composición de la marcha Virgen de la Paz, de D. Pedro Morales. Esta marcha, que marca el corazón de los hermanos de la Paz sonará este Domingo de Ramos en todos nuestros corazones. El equipo de Archivo-Boletín recupera un artículo de nuestro hermano Juan José García del Valle y José Luis Gonzalez Rapela, de la colección “Entre Pentagramas”, publicado en el boletín de febrero de 2011, en el cual se hacía un análisis musical de la marcha “Virgen de la Paz”.
Entre Pentagramas… “Virgen de la Paz”
Querido hermano, me estreno en esto de escribir en el boletín, con el único propósito de dar a conocer más si cabe, el repertorio musical de nuestros sagrados titulares. Mi artículo no sólo, va a dar a conocer todas las marchas que componen el amplísimo patrimonio musical que tiene nuestra Hermandad, sino que también, vamos a intentar descomponer dichas piezas musicales para saber cómo fueron concebidas en su partitura original. Para ello, voy a tener el privilegio de tener a un especialista en la materia musical, gran amigo mío, componente de la Banda de Música «María Santísima de la Victoria», de las Cigarreras y ferviente devoto del Señor de la Victoria, José Luís Gonzalez Rapela. Desde estas líneas quisiera agradecerle que se haya prestado a colaborar conmigo, para que todos comprendáis que se esconde tras el enramado de un pentagrama y sus diferentes notas musicales.
Qué menos, que empezar por la marcha más emblemática de nuestra corporación, la primera marcha para banda de música que suena en nuestra Semana Santa, la que el querido, admirado Don Pedro Morales Muñoz, tuvo el honor de regalarnos para nuestros oídos y para que nuestra bendita madre se pasee con ella por Sevilla. En efecto, hablamos de Virgen de la Paz.
Vamos a empezar a hablar de esta marcha procesional, citando una breve biografía del autor de la misma:
Pedro Morales Muñoz, nace en Lopera (Jaén) un 24 de Enero de 1923, curiosamente vísperas del día de la Paz. A los ocho años, comienza a estudiar música en su pueblo natal, donde el director de la banda de su pueblo, le adjunta el flautín por el ser el instrumento más pequeño y acorde con sus características físicas. No fue ese instrumento el que estudió con profesionalidad, sino que el clarinete, ampliando conocimientos con quien a la postre sería su antecesor en la mítica Banda del Soria 9. A los 20 años ingresa en el cuerpo de músicos militares como sargento, donde es destinado a la música Militar de Córdoba, siendo dirigida entonces por Don Pedro Gámez Laserna. Continúa sus estudios musicales, entre ellos los de Armonía, contrapunto, fuga y dirección de orquesta y coral. En 1954, el entonces Ministerio del Ejército, convocó oposiciones para cubrir 23 vacantes en el puesto de músicos militares, oposiciones a las que Don Pedro accede siendo el único que aprobara aquella convocatoria. Después de un breve periplo como Teniente Director de la Banda del Regimiento de Granada 34, con guarnición en Huelva, es destinado a Sevilla a la Música del Regimiento de Soria 9, donde ya se encontraba como director su maestro y amigo Pedro Gámez Laserna. Durante ese año dirige junta a Pedro Gámez la banda del Soria 9, pero en 1962 al ascender a Capitán tiene que ocupar otra vacante y opta por dirigir la Banda de la Academia de Infantería de Toledo. Cinco años después en 1967, es el año de su regreso definitivo a Sevilla, esta vez ya como director de la música del añorado Regimiento de Infantería Soria 9, sustituyendo a su maestro Pedro Gámez Laserna. Fue director de esta mítica banda hasta su jubilación en 1983, siendo su sucesor Abel Moreno Gómez.
En cuanto a su amplio bagaje musical, Don Pedro Morales, cuenta con más de 200 composiciones musicales de todo tipo, desde pasodobles, a música para coplas, marchas militares y por lo que es más admirado, sus marchas procesionales. Entre ellas podemos destacar: Esperanza Macarena (1968), compuesta parte de la misma, en la misma Plaza de la Campana cuando tras ir detrás de la Esperanza, anotó las primeras notas musicales de esta alegre, dulce, melódica y magistral marcha. De un corte similar son; Virgen de los Negritos (1972), Virgen de Montserrat ( 1970), nuestra Virgen de la Paz (1970). Junto a estas otras marchas de diferente corte, pero de igual calidad musical son: Virgen del Dulce Nombre, Pasa la Virgen de la Soledad, Al Cielo con ella, Amor y Socorro, Juan Jesús ( dedicada a su hijo fallecido), y Virgen de la Cabeza.
También ha instrumentado numerosas piezas musicales, entre ellas, las que Pascual González compusiera para el disco “Chicotá” del Carmen de Salteras, en aquellos años Don Pedro era el director de esta formación aljarafeña.
La Marcha – Virgen de la Paz (1970) –
Pasamos a comentar el despiece musical y los datos más técnicos de esta maravillosa obra, que el maestro Don Pedro compuso. Siempre ha sido desde los comienzos de su estreno, la marcha que ha sonado en primer lugar tras el Himno Nacional, tanto cuando Soria 9 iba tras nuestro palio, como en la actualidad con la Banda de Santa Ana de Dos Hermanas y todas cuantas han pasado entre ambas formaciones musicales.
Como decimos compuesta en 1970 y dedicada a nuestra amantísima titular Mª Santísima de la Paz.
Nos dice José Luís González “Virgen de la Paz” comienza con una introducción de 16 compases, poderosa y alegre, en Do mayor. A la ágil melodía de las maderas le acompaña el toque triunfal y castrense de las cornetas.
Le sigue el tema principal en la misma tonalidad. Se trata de una melodía estructurada en 8 compases, siguiendo la clásica estructura 4+4: 4 compases en fortissimo y 4 en piano. Las cornetas efectúan el imprescindible papel del contracanto, reforzando el carácter marcial de la pieza. Una vez repetida esta fórmula llegamos al fuerte de bajos.
El fuerte de bajos modula a la tonalidad vecina de La menor. Su gran belleza y sonoridad contrasta enormemente con la sección anterior en piano. Si la introducción y el tema principal parecen transmitir la alegría del barrio del Porvenir por la llegada de su amada Madre, el fuerte de bajos refleja el Dolor de la Virgen. Posee una estructura similar a la del tema principal, pero varía en número de compases: 8+8. Los 8 primeros compases en fortissimo y los 8 siguientes en piano, con un crescendo final que nos enlaza de nuevo con la repetición del tema principal.
El trío comienza tras un breve puente de 4 compases. La tonalidad predominante es Mi bemol mayor. Tiene dos partes (como las secciones anteriores), la segunda de ellas repetición en fortissimo de la primera. Al inicio no dejamos atrás el carácter marcial de la pieza, pues continúa el contracanto, esta vez interpretado por trompetas y fliscornos. En la repetición del trío en fortissimo destaca el contracanto de saxos y bombardinos, que dialogan con la madera”.
Despiece de la marcha
Para el despiece de la misma, hemos seleccionado la grabación que hizo el Soria 9, en el compacto “ A la Voz del Capataz” 1995. Esta misma grabación se recoge también en la IV Antología Musical de la Banda del Soria 9, en el disco 125 Años con la Semana Santa de Sevilla.
Introducción (Bis, con repetición) 00:00 a 00:38
Tema A (Con repetición) 00:38 a 01:17
Tema B (Fuerte de Bajos) 01:17 a 01:58
Tema A (Con repetición) 01:58 a 2:37
Transición 02:37 a 02:46
Trío Final 02:46 a 05:32