HOY ES DOMINGO DE PASIÓN, HOY ES DOMINGO DE PREGÓN EN SEVILLA Y DE AQUÍ EN SIETE DÍAS, A ESTA MISMA HORA, HABRÁ POR LAS CALLES DE MI BARRIO NAZARENOS BLANCOS, NAZARENOS BLANCOS DEL PORVENIR.
Llegarán a la Parroquia de San Sebastián desde las calles adyacentes: Felipe II, Exposición, Progreso, Brasil, Montevideo, San Salvador… y lo harán con la ilusión de siempre, nueva siempre, dispuestos a renovar un año más el compromiso adquirido con su Fe y la de sus mayores, consigo mismos, con sus familias, con la tradición, con su Hermandad, y con el ánimo de participar, junto al resto de hermanos, en algo grandioso que, no por repetido anualmente dejará de hacerles sentir la unicidad del momento, precedente de otros muchos que en Sevilla habrán de venir.
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HOY ES DOMINGO DE PASIÓN, HOY ES DOMINGO DE PREGÓN EN SEVILLA Y DE AQUÍ EN SIETE DÍAS, A ESTA MISMA HORA, HABRÁ POR LAS CALLES DE MI BARRIO NAZARENOS BLANCOS, NAZARENOS BLANCOS DEL PORVENIR.
Llegarán a la Parroquia de San Sebastián desde las calles adyacentes: Felipe II, Exposición, Progreso, Brasil, Montevideo, San Salvador… y lo harán con la ilusión de siempre, nueva siempre, dispuestos a renovar un año más el compromiso adquirido con su Fe y la de sus mayores, consigo mismos, con sus familias, con la tradición, con su Hermandad, y con el ánimo de participar, junto al resto de hermanos, en algo grandioso que, no por repetido anualmente dejará de hacerles sentir la unicidad del momento, precedente de otros muchos que en Sevilla habrán de venir.
Será el momento del encuentro, del encuentro repetido durante toda una vida; saludos afectuosos y sinceros para quienes, en buena parte de los casos, no se veían desde la misma ocasión del año anterior; saludos para quienes van a compartir durante unas horas las mismas y especiales sensaciones y vivencias, saludos fraternales para quienes sienten y viven una misma creencia y una misma Devoción.
Y mientras esto ocurre, mientras la cofradía se va formando para iniciar la Estación Penitencial en la calle, la gente, – sintiéndose protagonista de algo importante que comienza, no menos que cualquier nazareno, costalero, acólito o capataz – se arremolinará junto a la puerta del compás que da acceso al Templo y aparecerán globos, bastones y trajes de estreno, igual que ya lo hacían hace setenta y cinco años, la edad de la Hermandad…, y familias enteras acudirán a la llamada de una nueva explosión de la Semana Santa.
Y ES QUE DE AQUÍ EN SIETE DÍAS, A ESTA MISMA HORA, HABRÁ POR LAS CALLES DE MI BARRIO NAZARENOS BLANCOS, NAZARENOS BLANCOS DEL PORVENIR.
Entre tanto, a pocos metros de allí, una cuadrilla de costaleros – “Legionarios del Porvenir” – igualará por última vez guiada desde el Cielo por Manolo Santiago, su “Capitán” perpetuo, y recordarán que hay que estar atentos a los relevos, que hay que hidratarse pues el recorrido es largo, que ha llegado el día grande, que merecieron la pena los ensayos en las noches húmedas y frías – algunos vinieron desde muy lejos para hacerlos – y que, a la “una en punto” la cuadrilla del Cristo deberá estar preparada junto al Paso.
Y llegada la hora – llegado el momento – ya bajo las trabajaderas, sesenta corazones latirán precipitadamente al unísono, al tiempo que un Padre Nuestro saldrá de sus bocas… “por nuestros hijos, nuestros padres, nuestros hermanos, nuestras mujeres; por nuestras familias, por los hermanos fallecidos, por quienes lo necesiten…”. Que así es como lo decimos.
El sonido del llamador acercará el paso al comienzo de todo. Bajo el umbral, sombra y luz, luz y sol; sol de Domingo de Ramos, que no por tópico deja de ser real – unas veces por cierto, otras por imaginado, siempre por esperado – y que será el marco perfecto para lo que se está viviendo y queda por vivir.
Y ES QUE DE AQUÍ EN SIETE DÍAS, A ESTA MISMA HORA, HABRÁ POR LAS CALLES DE MI BARRIO NAZARENOS BLANCOS, NAZARENOS BLANCOS DEL PORVENIR.
Momentos antes, las puertas de la Iglesia se abrieron y en su interior se vivió una auténtica explosión de júbilo que ya no se pudo, ni se quiso contener por más tiempo; y la calle Río de la Plata para recogerlo y encauzarlo.
Calle Río de la Plata, la de salida de la cofradía…, jalonada por dos hileras del llamado “Árbol del Amor”, donde dice la tradición que se ahorcó Judas Iscariote después de traicionar al Señor.
Un árbol que da unas flores caducas de color morado que vienen a ser para los que vivimos en el barrio, lo que el azahar es para los sevillanos en general. Su presencia anuncia que “el tiempo de Sevilla” ha llegado.
Flores que enmarcan esa calle y abrazan la cofradía cuando discurre por ella lográndose un colorido especial y único.
Se desbordan las emociones acumuladas durante todo un año, se echan en falta de una manera más patente a quienes ya no están y estuvieron, se agolpan de momento recuerdos de tu niñez como hijo que eres de tu barrio y, en fin…, vives plenamente aquello que merece la pena ser vivido de forma intensa.
Y ES QUE DE AQUÍ EN SIETE DÍAS, A ESTA MISMA HORA, HABRÁ POR LAS CALLES DE MI BARRIO NAZARENOS BLANCOS, NAZARENOS BLANCOS DEL PORVENIR.
Y esos mismos nazarenos, que a primera hora de la mañana, desde muy temprano, fueron llenando la collación de forma anárquica, como por oleadas, a borbotones, serán los que, horas después, esta vez ordenadamente, volverán a colmar esas calles para acompañar a sus Sagradas Imágenes a la Santa Iglesia Catedral.
¡Que sensación más agradable la que se siente ese día al ver al primer nazareno!
Al doblar una esquina cualquiera, de pronto, inesperadamente, aparece ante ti y se hace verdad lo soñado; en ese momento tomas conciencia de que la Semana Santa es ya una realidad imparable que acaba de comenzar. A partir de ahí, toda una sucesión de sensaciones y circunstancias te llevarán como en volandas, con los sentidos y los sentimientos a flor de piel.
Un Cristo erguido, que clavará su mirada en el Dios Padre, abrazará con valentía la Cruz en la que se cimentará su Victoria sobre el pecado; una Victoria que será la que nos abra las puertas del Cielo y nos procure una Paz eterna: ¡“A la Paz por tu Victoria”!, por tu entrega desinteresada, por el sufrimiento descarnado que ahí comenzaba, por tu Amor sin límites. Y Sevilla, queriendo remediar la infidelidad que siguió a tu entrada triunfal en Jerusalén, te espera, se agolpa a tu alrededor, quiere estar a tu vera, quiere abrazarte, quiere agradecerte tanto sacrificio regalado, tanta inmolación por ella y grita también, con tanta fuerza como puede, al son de la marcha que lleva Tu nombre ¡VIVA, OH REY, TU VICTORIA!
Y ES QUE HOY ES DOMINGO DE PASIÓN, DOMINGO DE PREGÓN EN SEVILLA Y DE AQUÍ EN SIETE DÍAS, JUSTO DENTRO DE UNA SEMANA, A ESTA MISMA HORA, HABRÁ POR LAS CALLES DE MI BARRIO NAZARENOS BLANCOS, NAZARENOS BLANCOS DEL PORVENIR.
Francisco Berjano Arenado
Extracto del Pregón de la Semana Santa de Sevilla 2014